miércoles, 3 de junio de 2015

ghostcapital: Maria Dolores Pradera- Exitos de Maria Dolores Pradera

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La salvación en Jesús


Gálatas 4:4-5 muestra que en el antiguo pacto toda la historia de la salvación está orientada al nacimiento del Hijo de Dios, a Jesucristo: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos".
Jesucristo es el Redentor enviado por Dios. Él se manifiesta en sus palabras y sus obras como el Salvador. Quien cree en Él reconoce que: “Verdaderamente éste es el Salvador del mundo" (Jn. 4:42). Solamente en Él hay salvación (Hch. 4:12).
Durante el tiempo en que estuvo sobre la tierra, el Hijo de Dios realizó muchas curaciones milagrosas. Al curar a un paralítico, como se hace mención en Mateo 9:2-6, Jesús hizo referencia a una salvación que es mucho más significativa: a la redención del hombre del pecado.
La salvación vino al mundo por Jesucristo. Él es el Autor de la salvación eterna (He. 5:9). Él trajo redención y es el único Mediador entre Dios y los hombres (1 Ti. 2:5-6). Por el sacrificio de Cristo, la relación del hombre con Dios ha adquirido un nuevo fundamento. El mérito logrado por Cristo posibilita la liberación del pecado y la anulación de la separación permanente de Dios: “... las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación" (2 Co. 5:17-19).
Nadie puede alcanzar salvación por sí mismo; todos los hombres son pecadores y no pueden prescindir del obrar salvífico de Dios. A través de Jesucristo, la salvación se hizo accesible a todos los hombres, tanto a los que viven como a los muertos (Hch. 13:47; Ro. 14:9).
El plan divino de salvación prevé que en el curso del tiempo sea ofrecida la salvación a todos los hombres. Así, por ejemplo, la difusión del Evangelio por los primeros Apóstoles, la expansión mundial del cristianismo y la preparación de la comunidad nupcial para el retorno de Cristo, son etapas en este plan de salvación.